Referencia

No sueñes tu vida,
vive tus sueños...(L)

martes, 28 de junio de 2011

Capitulo 2.3 Lo siento por la tardanza pero ya sabeis que eran finales y me jugaba el curso. Espero que les guste

 -Emma, cariño.- la voz de mi madre me despertó de mi ensoñación. Habían pasado 7 dias desde que quede con rachel. Llevo aquí 7 años y no tengo ningún amigo (sino cuenta Rachel, que es de ahora), ni ningún sitio preferido… ni nada. Lo único que me hace vivir  son los estudios, antes odiaba estudiar y lo que se refiere a ello pero… desde que estoy aquí ha sido mi única obsesión, a lo único a lo que aferrarme, a demás de tener contentos a mis padres por mis extensos dieces. A los pocos meses de mudarme descubrí que solo en nueva york se sabía de la existencia de vampiros, y todo estaba normal. Por lo que había oído había escuelas e institutos de unos cazadores, un colegio o instituto normal pero con la asignatura y enseñanza de los cazadores.                                                                                                                                               Había dos tipos de personas, los buenos y los malos, los buenos son todos los cazadores, brujos y ninfas que no habían caído al lado del mal. Y los malos los licántropos (a excepción de unos cuantos), y el resto de seres. Los demonios, hadas malas, vampiros (que había muchos buenos, pero también muchos malos) ninfas… Los cazadores estaban al mando del oráculo, una serie de cazadores mayores con mucho poder político y gubernativo que se encargaba de decidir, mandar y hacer de jurado. No se les veía nunca, pero eran por así decirlo, los jefes de todo. Y cuando digo todo, es todo. Todos los seres, excepto los cazadores, son el resto de especies, que iban debajo de los cazadores, los cazadores eran como la policía que está al mando de los jefes, que a su vez esos jefes al mando de los políticos, en este caso el oráculo.    - ¡Emma! Despierta jolín. Que vas a llegar tarde.- Abrí los ojos, las siete  media, mierda llegaba tarde. Mi madre me sonrió como si no pasara nada, como si no le importara. Salté de la cama y empecé a sacarme ropa. Mi madre seguía sentada en la cama.                                                                                                                   -Espera un momento…- susurre- mama… ¡es domingo!- mi madre sonrió y le dio una palmadita a la cama para que me sentara.- ¿Qué pasa? –me miró con esos ojos suyos tan negros. Mi madre había cambiado en esos últimos años, de tener la cara y los ojos cansados a llenos de vitalidad, no se le veía triste sino al contrario. Estaba más alta, delgada, rubia, con tirabuzones y con esos ojos negros que podían dar miedo pero que a Emma le encantaban.                                                                                                                  – Sabes que nuestra empresa es… mmm…muy diferente al resto. – Claro que lo sabía, su abuela le había mentido respecto al trabajo de sus padres, sus padres tenían una de las mejores empresas. Eran multimillonarios, y yo me había visto obligada hace unos años a comer las sobras. – y… tu padre y yo te queremos… Oye Emma ¿tienes algún amigo?                                                                                                    - mama ¿Qué te has tomado esta vez?                                                                                                              - Nada Emma, nada. Solo respóndeme. – la creía, llevaba limpia 7 años.                                                      –No tengo ningún amigo, bueno esta Rachel, pero… no cuenta ya que la conozco de hace unas semanas…- a lo que mi madre respondió con un suspiro.                                                                                                 -¡Qué bien! Digo…- cambió su sonrisa por la mirada que le eché.- no es que me alegre cariño, pero entiéndeme… es que… nos volvemos a mudar, y si tuvieras algún amigo te juro que te puedes quedar si quieres.                                                                                                                                          - ¿volvernos a mudar? mmm… ¿y a donde tenéis pensado ir?- pregunté con curiosidad                                          -Pues a… Nuestro antiguo piso en Nueva York, puedes volver a ver a tus amigos y vivir como antes a no ser que quieras quedarte claro esta… Quiero decirte que después de tanto tiempo me alegro de que hayas hecho una amiga.                                                                                                                                                     -No sabes lo feliz que me hace que me digas eso…
Tenía un lio en la cabeza… mi cabeza estaba dividida en dos partes, por una parte por Rachel… ella la había mirado con otros ojos y la conocía desde que se mudo, ya que había estado en su clase todo ese tiempo, cada una en secreto nos habíamos enterado de los secretos de la otra, de sus aficiones, gustos, viviendas… y cuando el primer día después de tanto tiempo que nos habíamos visto; habíamos hablado y por fin conocido estuvimos hablando hasta las doce de la noche… Congeniábamos, y sentía que la conocía de hace mucho aunque solo fuera de unas semanas…
Pero por otro lado estaban mis antiguos amigos, eran lo mejor de mi vida, lo mejor que me había tocado pero… Es extraño lo que siento ya que es un sentimiento de amor por ellos pero, ¿se acordarían de mí? ¿Me recordarían? ¿Me reconocerían y querían hacerse amigos de mi otra vez? En realidad no lo sé y eso es lo que me preocupa.